Mi amigo "El Telefonito"
- Susana Botello
- 12 oct 2021
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 13 oct 2021

El tiempo, nuestro recurso más importante, todos tenemos la misma cantidad de tiempo, las 24 horas del día. Lo único, es que lo utilizamos como la metáfora de la pasta de dientes, “iniciamos apretando el tubo al máximo, pero cuando se está acabando, buscamos la forma de rendirla”, así pasa con el tiempo, los años pasan y nos volvemos mas esclavo de este preciado recurso.
En fin, hoy veremos un aliado y enemigo al mismo tiempo, te hablo de tu teléfono. ¿Cuántas horas pasas al día conectado a él? La verdad, es que según estudios pasaremos 9 años de nuestra vida frente a la pantalla del teléfono, tanto es así, que ya se recomienda el uso de bloqueador solar porque la luz del celular mancha el rostro.
Te escribo estas líneas dando mi humilde opinión sobre el tema y me causa frustración no poder poner emoji para hacer el texto más dramático. Muchos han llegado al extremo de llevar el celular hasta el baño para que los acompañe.
Afortunadamente, tengo la práctica de dejarlo fuera del baño porque ese es mi tiempo, mi espacio y me permite conectar con la energía de la gratitud, algo que no podría hacer estando con un compañero cibernético. De esta forma es que puedo pensar, escuchando el silencio y agradeciendo que mi cuerpo puede hacer sus necesidades sin ayuda de máquinas y otros aparatos como otros seres humanos que les toca utilizarlas para que su cuerpo haga el proceso que yo, gracias a Dios, hago naturalmente.
Sin el amigo digital, salgo del piloto automático en el que mi cerebro consciente se mantiene mientras que lo utilizo.
Está de más decirte que estamos actuando de forma automática respondiendo cada mensaje, queramos o no, y sin importar la hora, pues cada vez nos encontramos con más personas impacientes por la tecnología. Cuando yo era niña, recuerdo que mi bisabuela decía que a una casa decente no se llamaba después de las ocho de la noche, ni antes de las 8 de la mañana. En fin, antes las personas eran más respetuosas, hoy te obligan a responder sin pensar, porque ya viste el mensaje y si no respondes: estas bravo o eres imposible de localizar.
El acoso al dejar de responder es evidente cuando te caen esos signos de interrogación en los mensajes “al minuto” para que respondas... ¡por favor! déjame analizar para responderte correctamente. Y ni decir sobre las conversaciones por el “loguito verde” por el cual nos cuesta explicarnos. Por eso, yo prefiero las llamadas y ni se diga hablar en persona, aunque parezca “chapada a la antigua”, pues para mí es un privilegio ser así.
De hecho, hoy escribo este artículo porque se me quedó el celular en la casa, y necesito trasferir mi información “para poder seguir viviendo” (literal). Gracias por leerme, he descubierto que me alimento de las historias de otros y me retroalimento con las mías propias.
Lic. Susana Botello
Corredor de Seguro
Abogada/Periodista
Chiriquí - Panamá
Instagram: @susana_botello27
Tlf: +507 – 6411-5782
Comments