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Solidaridad: Que el aislamiento no acabe con tu buen corazón


juntos, voluntarios. Banco de imágenes de wix

La solidaridad es definida como el apoyo o la adhesión circunstancial a una causa o al interés de otros, cuando dos o más personas se unen para un fin en común, principalmente para hacer frente a situaciones difíciles.

Actualmente transitamos por una situación así, muchas personas han quedado sin trabajo con lo cual muchos hogares se ven en una escena realmente complicada, no habría palabras adecuadas o definiciones concretas para describir las diferentes condiciones por la que pasan estas personas y lo más doloroso, los niños pequeños. Es en estos momentos es que el valor de la solidaridad se debe hacer sentir en nuestros corazones, la unidad de los que tienen algo para apoyar a los que poco o nada tienen, pero si lo vamos a hacer, hagámoslo sin interés, sin condiciones, sin prejuzgar a los que ayudamos, sin cuestionar.

Sigue estos tres pasos y lograrás cultivar una sana solidaridad;

1. La solidaridad a nivel personal: No pasa nada que alguien coopere para aliviar su restringida situación económica. Estamos bombardeados de estereotipos que dicen que sólo se da ayuda a los pobres, pero eso no es así, lo que ocurre es que en este momento no goza de ingresos económicos para sufragar como antes su vida cotidiana, así que permítase recibir de su vecina regalías de su siembra o que le brinde un servicio sin costo alguno. Usted se lo merece.

2. La solidaridad en el entorno familiar: Seguro ya usted tiene el hábito de ayudar al prójimo, pero será más eficaz si esta actividad la hace pensando en ayudar a sus familiares (primos, tíos, hermanos, etc) para que haya una cohesión, sin crear interés por obtener un premio a cambio, al tiempo que ayudas a tu familia crearás un hábito de un excelente valor.

3. Solidaridad con tus vecinos: Evita el juzgamiento a priori de las situaciones que te encuentres, pues eso nublará tu visión de lo que realmente importa, De seguro verás situaciones que te harán pensar por tu mente “¿Cómo esa señora puede tener tantos hijos siendo tan pobre?”, “¿Porqué no pueden buscar una lata de pintura y pintar esa casa?”, “¿Por qué no se peina?”, “¿Porque andan descalzos?”, elimínalas y si sales en familia o sólo con tuis hijos a brindar solidaridad, educa a tus niños para que comprendan lo que podrían encontrar y no se hagan juicios en sus cabecitas.

En mi comunidad, la información circula por medio de los vecinos vigilantes y con las autoridades locales, es poe eso que la ayuda llega a los que la necesitan realmente. De una mata de yuca o plátano se distribuye para otros, intercambiamos lo que no tenemos con lo que sí, olvidando el orgullo, si tengo internet inalámbrico y sé que mi vecino no, pero, tiene un hijo que desea tomar sus clases escolares, entonces se le colabora, porque la solidaridad no se trata solamente de comida, se trata de que regalemos un paquete de pañales a una vecina con bebé, regalar esas zapatillas buenas que se quedaron pequeñas para alguien en casa, un pantalón o camisa; también puedes poner tu auto a la orden para ayudar a traer el mercado de un vecino a su casa, eso sí, siempre sin condiciones ni esperar nada a cambio.

Dios bendice al dador alegre y que Dios me los bendiga grandemente.

Lic. Abelardo Pérez

Asesor y Consultor en Seguridad

Fundador de la Academia Sistema Mixto de Defensa Personal

Instagram; @abape70

Panamá- Tlf: +507 6958-3816

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