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Un halón de orejas de Dios


Foto de Milada Vigerova en Unsplash

Cuando era niño me asustaban los fuertes truenos, mis padres me decían: “Papá Dios está enojado” y pedíamos por su perdón, que fácil resultaba pensar que era así y que un pedido de perdón calmaría su ira, nos abrazábamos a mamá con la inocencia infantil y sentíamos la seguridad de su regazo, sentíamos que ahí nada nos podría dañar.

Ahora que somos adultos y nuestros ojos están abiertos a la cruda realidad, realidad que sentimos como un fuerte bofetón en pleno rostro y nos dice “despierta esto es lo que somos y esto es en lo que nos convertimos” depredadores de nuestro entorno, destructores del regalo más grande que Dios nos dio convirtiéndonos en hacedores de la maldad más pura.

Le doy la razón a su ira, vivimos en un mundo convulsionado de guerras, hambre, destrucción, mezquindad, egoísmo, codicia, avaricia, lujuria… Y no desde ahora, desde hace muchos años, así que ya su paciencia se ha ido agotando como el buen padre que a sus hijos reprende después de tanto aconsejarlos.

Actualmente en el mundo, aún con pandemia, se libran 5 guerras armadas, pueblos enteros mueren de hambre y sed, grandes intereses creados se apoderan de los recursos impidiendo el acceso a los menos privilegiados, en pleno siglo XXI aún existe la esclavitud y es legal en algunos países, se han descubierto y se siguen descubriendo grandes redes de pedofilia y trata de blancas.

Somos el único ser vivo que destruye el lugar donde vive, nuestro planeta está siendo arrasado por una pandemia mundial, el hombre, somos la enfermedad que carcome la tierra, la hiere de muerte, los polos se derriten, los ríos se vuelven veneno, los mares se pudren en basura, el aire se vuelve irrespirable, cazamos por deporte y diversión, envenenamos nuestros cuerpos con químicos.

Hemos perdido el sentido de la vida cuando ves a tus hermanos sufrir por un poco de pan y un vaso de agua y no lo determinas, cuando ves a tu vecino bajo la fuerte lluvia y no le brindas cobijo, cuando abusas de los nobles, cuando no le das la mano a un niño, cuando no aprecias lo hermoso que es nuestro planeta, un regalo que se nos dio para cuidarlo y disfrutarlo.

Ahora te pregunto; ¿Crees que Papá Dios tendrá razón en estar enojado con su pueblo? Mi deseo, dejar una semilla de reflexión en cada uno “una semilla de mostaza” Dios es amor, y lo sabemos, por eso nos está dando este halón de orejas, como un buen padre, lo ha hecho varias veces a través de los años y seguimos sin aprender como seres humanos lo que es mejor para todos.

¡Que Dios me los bendiga y nos dé el perdón a todos!

Lic. Abelardo Pérez

Asesor y Consultor en Seguridad

Fundador de la Academia Sistema Mixto de Defensa Personal

YouTube; Abelardo Pérez

Instagram; abape70

Panamá- Tlf: +507 6958-3816

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